Coloraturas, ambientación textil 2 | 4 | 8 |

Una conmemoración del aniversario del fallecimiento de Shakespeare y Cervantes. Fantasías fantasmagóricas de cuatro personajes de cada autor.

This is as a commemoration to the death of Shakespeare and Cervantes. Phantasmagoric fantasies from four characters in both of them.

2 escritores: William Shakespeare y Miguel de Cervantes
4 siglos: 1616-2016
8 mujeres: Ofelia, Margarita, Cordelia, Lady Macbeth, Dulcinea, Maritornes, La Condesa Trifaldi y Dorotea

Texto Lorena González

1 Dulcinea. EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA, Miguel de Cervantes y SaavedraPrimera parte, Capítulo XXV

Porque has de saber, Sancho, si no lo sabes, que dos cosas solas incitan a amar, más que otras, que son la mucha hermosura y la buena fama, y estas dos cosas se hallan consumadamente en Dulcinea, porque en ser hermosa, ninguna le iguala, y en la buena fama, pocas le llegan. Y para concluir con todo, yo imagino que todo lo que digo es así, sin que sobre ni falte nada, y píntola en mi imaginación como la deseo, así en la belleza como en la principalidad, y ni la llega Elena, ni la alcanza Lucrecia, ni otra alguna de las famosas mujeres de las edades pretéritas, griega, bárbara o latina. Y diga cada uno lo que quisiere; que si por esto fuere reprehendido de los ignorantes, no seré castigado de los rigurosos.

2 Maritornes. EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA, Miguel de Cervantes y Saavedra, Primera parte, Capítulo XVI

Tentóle luego la camisa, y, aunque ella era de arpillera, a él le pareció ser de finísimo y delgado cendal. Traía en las muñecas unas cuentas de vidro, pero a él le dieron vislumbres de preciosas perlas orientales. Los cabellos, que en alguna manera tiraban a crines, él los marcó por hebras de lucidísimo oro de Arabia, cuyo resplandor al del mesmo sol escurecía; y el aliento, que sin duda alguna olía a ensalada fiambre y trasnochada , a él le pareció que arrojaba de su boca un olor suave y aromático; y, finalmente, él la pintó en su imaginación, de la misma traza y modo, lo que había leído en sus libros de la otra princesa que vino a ver el malferido caballero vencida de sus amores, con todos los adornos que aquí van puestos. Y era tanta la ceguedad del pobre hidalgo, que el tacto ni el aliento ni otras cosas que traía en sí la buena doncella no le desengañaban, las cuales pudieran hacer vomitar a otro que no fuera arriero; antes le parecía que tenía entre sus brazos a la diosa de la hermosura.

3 Dorotea. EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA, Miguel de Cervantes y Saavedra, Primera parte, Capítulo XXIX

Sacó luego Dorotea de su almohada una saya entera de cierta telilla rica y una mantellina de otra vistosa tela verde, y de una cajita , un collar y otras joyas, con que en un instante se ad ornó de manera que una rica y gran señora parecía. Todo aquello, y más, dijo que había sacad o de su casa para lo que se ofreciese, y que hasta entonces no se le había ofrecido ocasión de habello menester. A todos contentó en estremo su mucha gracia, donaire y hermosura, y confirmaron a don Fernando por de poco conocimiento, pues tanta belleza desechaba.

4 La Condesa Trifaldi. EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA, Miguel de Cervantes y Saavedra, Segunda parte, Capítulo XXXVIII

 Tras ellas venía la condesa Trifaldi, a quien traía de la mano el escudero Trifaldín de la Blanca Barba, vestida de finísima y negra bayeta por frisar, que a venir frisada descubriera cada grano del grandor de un garbanzo de los buenos de Martos. La cola o falda , o como llamarla quisieren, era de tres punta s, las cuales se sustentaban en las manos de tres pajes asimesmo vestidos de luto, haciendo una vistosa y matemática figura con aquellos tres ángulos acutos que las tres punta s formaban; por lo cual cayeron todos los que la falda puntiaguda miraron que por ella se debía llamar la condesa Trifaldi, como si dijésemos la condesa «de las Tres Faldas»…

5 Ofelia. HAMLET. PRINCE OF DENMARK, William Shakespeare, Acto IV , Escena 5

OPHELIA
There’s rosemary, that’s for remembrance; pray,
love, remember: and there is pansies. that’s for thoughts.
LAERTES
A document in madness, thoughts and remembrance fitted.
OPHELIA
There’s fennel for you, and columbines: there’s rue
for you; and here’s some for me: we may call it
herb-grace o’ Sundays: O you must wear your rue with
a difference. There’s a daisy: I would give you
some violets, but they withered all when my father
died: they say he made a good end,–
[Sings]
For bonny sweet Robin is all my joy

6 Lady Macbeth. MACBETH, William Shakespeare, Acto V, Escena 1

LADY MACBETH 
Wash your hands, put on your nightgown; look not so
pale.–I tell you yet again, Banquo’s buried; he
cannot come out on’s grave.
DOCTOR
Even so?
LADY MACBETH
To bed, to bed! there’s knocking at the gate:
come, come, come, come, give me your hand. What’s
done cannot be undone.–To bed, to bed, to bed!
Exit

7 Margarita. THE TRAGEDY OF KING RICHARD III, William Shakespeare, Acto I, Escena 3

QUEEN MARGARET
And leave out thee? stay, dog, for thou shalt hear me.
If heaven have any grievous plague in store
Exceeding those that I can wish upon thee,
O, let them keep it till thy sins be ripe,
And then hurl down their indignation
On thee, the troubler of the poor world’s peace!
The worm of conscience still begnaw thy soul!
Thy friends suspect for traitors while thou livest,
And take deep traitors for thy dearest friends!
No sleep close up that deadly eye of thine,
Unless it be whilst some tormenting dream
Affrights thee with a hell of ugly devils!
Thou elvish-mark’d, abortive, rooting hog!
Thou that wast seal’d in thy nativity
The slave of nature and the son of hell!
Thou slander of thy mother’s heavy womb!
Thou loathed issue of thy father’s loins!
Thou rag of honour! thou detested.

8 Cordelia. KING LEAR, William Shakespeare, Acto I, Escena 1

CORDELIA
Nothing, my lord.
KING LEAR
Nothing!
CORDELIA
Nothing.
KING LEAR
Nothing will come of nothing: speak again.
CORDELIA
Unhappy that I am, I cannot heave
My heart into my mouth: I love your majesty
According to my bond; nor more nor less.
KING LEAR
How, how, Cordelia! mend your speech a little,
Lest it may mar your fortunes.

CORDELIA
Good my lord,
You have begot me, bred me, loved me: I
Return those duties back as are right fit,
Obey you, love you, and most honour you.
Why have my sisters husbands, if they say
They love you all? Haply, when I shall wed,
That lord whose hand must take my plight shall carry
Half my love with him, half my care and duty:
Sure, I shall never marry like my sisters,
To love my father all.
KING LEAR
But goes thy heart with this?
CORDELIA
Ay, good my lord.
KING LEAR
So young, and so untender?
CORDELIA
So young, my lord, and true.

Coloraturas, ambientación textil 2 | 4 | 8

Lorena González Inneco, 2016

2 escritores: William Shakespeare y Miguel de Cervantes
4 siglos: 1616-2016
8 mujeres: Ofelia, Margarita, Cordelia, Lady Macbeth, Dulcinea, Maritornes, La Condesa Trifaldi y Dorotea

El paradójico IV centenario del fallecimiento de William Shakespeare y Miguel de Cervantes abrió durante este 2016 una cartografía importante de reflexiones, encuentros, exhibiciones, diálogos y muestras en todo el mundo. Para la Biblioteca Los Palos Grandes fue también un eje de conexiones que quería invitar a la celebración especial de un momento único para las letras universales y al que querían sumar una propuesta desde las artes visuales. Desde su trabajo creador, Isabel Cisneros fue invitada a establecer un norte frente a la palabra infinita de los escritores más importantes de la literatura de todos los tiempos. No fue un camino sencillo el asomarse por las fuentes y rendijas de aquel sinfín de palabras, imágenes, acciones, metáforas, personajes y lecciones ejemplares sobre la humanidad, el individuo, la sociedad, el poder, el bien y el mal, el ideal y la realidad… iconografías y emociones que han trascendido en un tiempo vivo por más de cuatro centurias, superando las rutas efímeras de un mundo plural, contradictorio y cambiante.

No obstante, las confrontaciones entre el ideal y la realidad sujetaron los devaneos de ese ser o no ser, de ese final sin principio, de esa coyuntura fuera del orden que estaba allí planteada, para que poco a poco surgiera la conexión más sencilla y genuina que podía establecerse entre la artista y esa apertura a participar en este proceso de representación. Fue así como se inició el camino que Isabel Cisneros exhibe en esta oportunidad y que fue estructurado desde su propia puesta en escena de la ficción, inspirada por grandes referentes de lo femenino, que navegan en estas páginas magistrales: un conjunto de personajes que se volvieron el núcleo de su acercamiento, ocho mujeres caracterizadas por una importante particularidad dramática dentro de la urdimbre literaria de cada autor.

En el caso de Shakespeare fueron la locura, la ingenuidad, el odio, el terror, la sensatez y el delirio del poder, los focos de atención extraídos de los personajes Ofelia (Hamlet), Margarita (Ricardo III), Cordelia (El rey Lear) y Lady Macbeth (Macbeth). De la cadena infinita de la obra El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha de Miguel de Cervantes, nos encontraremos con la visión y la ilusión, el disfraz, el engaño, el humor, la independencia y la autonomía en figuras femeninas como Dulcinea, Maritornes, la Condesa Trifaldi y la increíble Dorotea (Micomicona).

La estrategia de visita planteada por la artista se enlazó con el término coloratura, forma musical que se ha usado como recurso en la música barroca para destacar el lucimiento de determinados roles femeninos dentro de la música operística. Extraídas de sus contextos, Cisneros ha extendido con estos personajes un acento similar a ese fragmento repetitivo, el cual en este caso es una convocatoria desprendida desde sus voces pero transfigurada por el universo de los propios enlaces visuales que han caracterizado su obra como un ejercicio donde destaca la traducción poética del afuera mediante la reestructuración formal de materiales y recursos diversos. En esta oportunidad también se abre a la facultad instalativa, generando una ambientación en el espacio museográfico donde colores, texturas, formas, tramas, palabras y disposiciones especiales dibujan los eslabones de un diálogo particular con estas mujeres tan actuales como ancestrales. Desde esta estrategia transforma el material literario y la referencia textil en un cuerpo expresivo, intercambio que se extiende para propiciar la reflexión y el contacto sensorial con la mirada de algún desprevenido y tal vez desocupado espectador.